sábado, 26 de noviembre de 2011

POLÍTICA FISCAL VERSUS POLÍTICA MONETARIA

A partir de la idea de que la economía está siempre en pleno empleo, el análisis prekeynesiano neoclásico sostenía que los cambios en la política fiscal eran intrascendentes para la determinación de la producción y del empleo; la política de gastos e ingresos del Estado sólo puede alterar la composición del producto y del empleo total entre el sector privado y el gubernamental, desplazando los recursos productivos de un sector a otro. Otros dos elementos del esquema teórico neoclásico apuntalan el concepto de esterilidad de la política fiscal: 1) la proposición de que un 
déficit presupuestario es equivalente a un aumento de la tasa de impuestos en el futuro, lo cual conduce a una disminución del gasto en consumo que neutraliza el impacto del déficit sobre el gasto agregado, y 2) el supuesto de estabilidad de la velocidad de circulación del dinero de donde se infiere que sólo los cambios monetarios son capaces de modificar la demanda agregada.Keynes no le dedicó mucho espacio en la "Teoría General" a la discusión de la política fiscal, pero su estructura analítica puso en bancarrota la idea neoclásica de impotencia de la política presupuestaria del Estado. En efecto, ni la economía de Keynes es una de pleno empleo, ni la velocidad de circulación del dinero es estable, ni el déficit publico es necesariamente una promesa de mayores impuestos, puesto que el déficit puede movilizar la producción y ésta, a su vez, generar mayores ingresos al erario publico sin cambios en la tasa impositiva. De su esquema conceptual Keynes concluyó que la política fiscal no sólo era un útil instrumento de regulación de la demanda agregada, sino también que, en determinadas circunstancias, podía ser aun más eficiente que el instrumento monetario para tal propósito. Estas circunstancias son, básicamente, las dos siguientes: 
1) cuando las variaciones monetarias son neutralizadas por un desplazamiento en la preferencia por la liquidez de manera que la tasa de interés se mantiene invariable, y 
2) cuando la inversión es insensible a los cambios en la tasa de interés. Estas dos posibilidades de bloqueo del mecanismo monetario hicieron que Keynes se mostrara "un poco escéptico respecto al éxito de una po1ítica puramente monetaria dirigida a influir sobre la tasa de interés". Este mensaje de escepticismo, más el resultado de algunas investigaciones empíricas posteriores que sugerían la inelasticidad - interés de la inversión, condujo a muchos keynesianos a privilegiar de modo casi exclusivo a la política fiscal frente a la monetaria, como medio para el control de la demanda global.

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